Algunos trucos para hacer más divertido el aprendizaje de las matemáticas.

- Usar juegos de mesa es muy recomendable también.
- Por otro lado, hay webs especializadas que ayudan al estudiante.
Muchos alumnos las odian, a otros les cuestan, y, por lo general, no están entre las asignaturas más queridas. Las matemáticas pueden provocar el rechazo del niño o el joven que se enfrenta a su estudio ya que requieren tiempo de ejercicios y comprensión que, a veces, agotan la escasa paciencia o fuerza de voluntad de algunos. Sin embargo, existen formas de hacerlas más atractivas distanciadas de la enseñanza tradicional: aplicarlas a la vida real, elaborar juegos o enfocar los existentes hacia un perfil matemático y trabajar con varias webs dedicadas a los números, pueden ayudar a estimular al alumno.
Desde Consumer ofrecen una serie de alternativas que empiezan con la aplicación de las ‘matemáticas’ a la vida real. Se dan situaciones en el día a día en que a un niño se le pueden plantear acertijos matemáticos. Así, si nos acompaña a hacer la compra, puede mejorar los conceptos de ‘mayor’ y ‘menor’ buscando el precio más barato, calcular cuántas piezas de fruta ha de comprarse en función del número de familiares, o bien, calcular algunos descuentos. En la cocina, puede ayudar a calcular cantidades, pesos e incluso practicar con las fracciones si preparamos, por ejemplo, una pizza. En el auto, puede preguntarse cuánto falta para llegar y, si se trata de dinero, se le puede pedir que calcule cuánto nos deben devolver en una compra.
Existen, también, juegos que pueden agilizar el razonamiento matemático del niños. Las cartas, los solitarios y pasatiempos como los sudokus, los trucos de magia, problemas de lógica, el parchís o la oca pueden poner a prueba la capacidad para el cálculo mental del pequeño. Por otro lado, rompecabezas, como los puzzles o los tangrams chinos, pueden ayudar a potenciar los conceptos geométricos.